A lo largo de los años se ha puesto a nuestro alcance un amplio conjunto de instrucciones prácticas y útiles, procedentes del espíritu de profecía, acerca del tema. El asunto de la mayordomía ocupa un lugar importante y vital en el ámbito de la vida y el servicio cristianos. Esto concierne profunda y persistentemente a cada creyente cristiano.
Un mayordomo sabio es aquel que cuidadosamente hace su trabajo y toma buen cuidado de las cosas que Dios.
Comprometidos en el plan de la salvación, la sabiduría divina estableció la ley de la acción y de la reacción; de ello resulta que la obra de beneficencia, en todos sus ramos, es doblemente bendecida. El que ayuda a los menesterosos es una bendición para ellos y él mismo recibe una bendición mayor aún, Dios nos llama a ser fieles mayordomos de los recursos que Él nos ha confiado.